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PAISAJISMO Por Amalia Besoain No es fácil empaparse del paisaje cuando se vive en plena ciudad. En Santiago, escasez de parques y áreas verdes, árboles que en las calles son mutilados a fin de dar paso a los tendidos eléctricos que contaminan nuestra mirada, y una cordillera oculta tras el smog que resta color y lo vuelve todo gris, son las constantes que caracterizan nuestro entorno más cercano.
Pero tenemos excepciones. Esos preciosos días, en que luego de una abundante lluvia, sale el sol radiante y el paisaje se descubre perfecto ante nuestros ojos, imponente y cercano, mostrándonos finalmente que los árboles y la naturaleza que nos rodea, tenían color y textura, y eran algo especial. Poder observar una puesta de sol que nos hace pensar en el fuego, y que lo tiñe todo de un amarillo cálido y a la cordillera la viste de morados y azules. O un amanecer que se despliega con rayos de sol que amenazan con atravesar la cordillera teñida de oscuro, y grises y blancos invaden el cielo.
En esos momentos, recordamos lo bella que es nuestra geografía y volvemos a concluir que Santiago ES lindo, y que hay belleza natural en él. Pero si nos aventuramos en llevar nuestra conclusión un paso más allá, entonces diremos que es la Creación la que es bella y perfecta.
Podemos escaparnos a los alrededores de la ciudad, y darnos cuenta así, que ésta no ha sido más que un visitante que decidió quedarse y transformarlo todo a su paso, pero que a pesar de eso aún existen lugares, muy cerca, en los que la naturaleza se despliega en toda su expresión: armoniosa, variada y sorprendente.
Crear Paisaje no es más que un intento por rescatar esos atributos, y traerlos en pequeña escala a nuestro contexto inmediato.
Observamos la naturaleza, nos dejamos sorprender con lo que nos ofrece, y tratamos de aprender de ella. Luego, tratamos de aplicar sus principios: el ritmo, la perspectiva, la textura, los juegos de luz y sombra, la rotación estacional de colores y formas y el complemento o contraste de éstas, la explosión que la brotación primaveral produce, inundándolo todo de flores… Intentamos incorporar la sorpresa, y generar esos remansos y puntos focales que la naturaleza sabe desplegar en forma tan perfecta.
Somos realmente imitadores.
Esto es el Paisajismo, una disciplina que se basa en las leyes estéticas y creativas de la naturaleza, cuyo material básico de trabajo es ella misma, con la variedad inmensa e inagotable de especies que presenta, y que además incorpora otros materiales y elementos que buscan potenciar y dar riqueza a los espacios exteriores a los que quiere dar vida.
Ya se trate de un parque, un gran jardín o una pequeña terraza, el Paisajismo intenta devolvernos ese trozo de naturaleza que la ciudad destruyó en su avance. Busca generar sensaciones que despierten y estimulen nuestros sentidos, intenta renovarnos, dar descanso y crear los espacios para acogerlo. En pocas palabras, mejorar y enriquecer nuestros espacios exteriores.
Amalia Besoain – Paisajista
amalia.besoain@gmail.com
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